Nos instalamos en nuestra nueva casa, un acogedor y moderno piso de 8 habitaciones y 3 baños al lado mismo de la Plaza Saldanha. Mi habitación tiene balcón pero la de Andrea (que está junto a la mÃa) es más grande. Le pido que me la cambie... No hay manera.
El casero nos presenta a todos nuestro compañeros de piso.
Estan: Sharnouk, el chico indio; Armand, el chico francés; Thomas, que resulta ser un aleman de casi 2 metros obsesionado con la limpieza; y Dali, un tunecino de lo más simpático con el que pronto entableremos muy buena amistad. El casero también nos comenta que ese mismo dÃa entra una chica chilena llamada Tamara... Pronto todos estaremos tomando cerveza y riendo juntos en el inmenso patio que tiene la casa.
Al dÃa siguiente nos reunimos con la encargada de supervisar nuestras prácticas: Flor.
Nos comenta todo lo que espera de nosotros para estos 2 meses:
-"Un plan de marketing en general", sin problema.
-"Analisis de la comopetencia", fácil.
-"Aumento de clientes", tÃpico.
-"Potenciar las redes sociales", de eso se encargará Andrea.
Una vez zanjado el asunto de los negocios nos despedimos de Flor, y la tarde es tan buena que Andrea y yo decidimos ir a tomar una copa de buen vino portugués en un acogedor bar cercano al barrio de la Baixa y que ya conocemos de la última vez que estuvimos con toda la clase.
El bar es pequeño e intimo, lejos del bullicio que suele haber apenas 100 metros mas abajo. En el se toca música en directo cada tarde y cada noche y lo mas importante: Esta situado junto a un gran mural dedicado a Maria Severa, la prostituta que se dice invento el Fado.
Sacamos las copas a fuera y nos sentamos en las escaleras justo enfrente del mural como tantos otros clientes. Al cabo de un rato nos dedicamos a tomarnos selfies estúpidos y a reÃrnos a carcajada limpia.
La tarde va cayendo, la temperatura es suave y los dos sentimos que no podrÃamos estar en un lugar mejor.
